domingo, 31 de agosto de 2008

Dudas

A veces puede pasar por ejemplo, que venga de golpe algo y deje todo patas para arriba. Y la tranquilidad te llene de dudas, y las dudas te llenen de miedo, y el miedo se convierta en una cosa oscura e inmanejable.
A veces puede pasar que el reloj gire para el otro lado, y te vuelvas a preguntar quién fue el cretino que puso agujas en tu reloj de arena. Y te vuelvas a hacer una y otra vez esas mismas preguntas. Una y otra vez.
Y pude pasar también que metas tus dudas en el horno y las quemes hasta que revienten, y la casa huela a humo, o las tires por la ventana y recibas quejas de los vecinos por la mugre en el patio. Puede pasar que las congeles, hasta nuevo aviso, pero claro, así es como vuelven a aparecer. Podés, si no, estrellarlas contra la pared y que estallen en pedazos, pero es peligroso, podrías clavarte las astillas y, como en el cuento del gusano en la manzana, una astilla de duda es casi peor que una duda completa, sólida y en buen estado.
Puede pasar que te duermas y esas dudas se conviertan en sueños, para desaparecer al despertar, o puede pasar que no te dejen dormir. Puede pasar que no quieras dudar más, pero tengo una mala noticia... no se puede. No se puede.
No insistas, de verdad, no se puede. Puede que hubieras querido, pero no, y te arrepentiste, pero tarde, si no que gracia tiene. Y ni siquiera estás tan segura de haberte arrepentido porque claro... las dudas. Seguramente era lo mejor aunque lo de la marca en la pared fuera un delirio.

5 comentarios:

nat dijo...

Me gustó sobre todo lo de la astilla de la duda. Es mucho más gráfico (y peligroso) que lo del bichito que se suele decir...

ade dijo...

- La duda la eterna duda, a mi me tienen recansada las dudas, pero igual sigo dudando, uff! creo que ni soñandola como decis vos me abandonaría. Ade

Santiago Javier dijo...

No tiene nada de malo dudar, el problema es cuando nos identificamos demasiado con la mente y perdemos espontaniedad y nos volvemos esclavos de las etiquetas crea nuestra mente manipuladora...

Anónimo dijo...

Me gusta tu Blog y cómo escribís. Me surge la pregunta ¿Hay alguna diferencia entre la catarsis en forma de expresión literaria y la creación literaria continua a través de la forma catártica? Yo creo que sí, que agrandamos literariamente el vaso de agua para darnos el gusto de ahogarnos. Esto sin disminuir la importancia de las dudas de nadie. Por ahí me estoy volviendo viejo o estoy un poco más zen, o ambos, pero me cansa la sola idea de tener a cuestas un pathos romántico. Benditos los que sufren, porque ellos escribirán algo legible. Suerte con el coro. Si puedo, voy. Ariel.

Mou dijo...

Gracias todos por los comentarios.
Ariel: supongo que tenés razón y además me encantó lo de "agrandamos el vaso de agua para darnos el gusto de ahogarnos".
Es así, más de una vez algún desprevenido creyó que mi vida era un infierno por las cosas que lee en mi blog. Escribo tristezas exageradas. Las alegrías las canto... vos no me escuchaste porque me inhibís con ese vozarrón.