Esperé durante días, semanas, meses, que tocaras el timbre. Perdoné tus ofensas. Escribí, borré, escribí, borré. Escribí. Borré. Te eliminé, te bloqueé, te volví a agregar. Me resigné como estrategia de lucha y tantas otras veces me resigné de verdad. Atajé todos los boomerangs aunque me lastimaran las manos. Tejí intrigas y me terminé enredando. Hablé de más. Y de menos, y con nadie. Quise, quise mucho, quise siempre que me quisieran. Así enceguecí. Lloré, grité. Me volví a resignar así y asá. Pasé por tu puerta y miré para adentro, las luces apagadas. Apagué entonces mi luz. Me eclipsé y resurgí. Volví a arriesgar, una y mil veces, volví.
Y adiviná qué.
viernes, 23 de mayo de 2008
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2 comentarios:
Que???? No podés dejarla ahí!
La respuesta es mucho menos interesante que la pregunta... prefiero que adivinen :)
Gracias Pau por tu visita.
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