Perdí mi reloj en París seis horas después. Mis anteojos cayeron al río el día de año nuevo, terminaron devorados por un cardumen de mojarras vengativas. Perdí la virginidad hace algunos años (chiste, papi), la vergüenza algunas veces, la esperanza.
El orgullo no lo perdí, pero se me rompió en alguna vereda. Perdí amigos y oportunidades, un zapato en Figueroa Alcorta y La Pampa, una campera en Arequipa.
Perdí colectivos, la noción del tiempo, números de teléfono y mi música en un cajón de la oficina.
Perdí al TEG, alguna que otra apuesta, una tortuga, una bombilla con el mate. Perdí el miedo una noche en San Justo, perdí la lancha por quedarme dormida. Pierdo los estribos de vez en cuando, me pierdo en la ciudad cuando salgo del subte. Me deshice de algunas capas protectoras, cambié de piel varias veces en un año. Perdí el sueño. Perdí cientos de paraguas.
Sin embargo en todas estas pérdidas, que me fueron desnudando, gané un poco. Gané contacto, no sabría explicarlo ni quiero.
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3 comentarios:
Me gusta mucho lo que dices...
Te gustaría intercambiar links?
Muy bueno!
Coni
muy lindo escribe mou!!!!!
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